jueves, 26 de agosto de 2010

Explicacion racional a las vidas sucesivas


Sabido es que la idea de la reencarnación da validez y brillo al criterio de la existencia de leyes que rigen el quehacer universal, el cual no tendria razón de ser si se supone que el azar es el patrón que signa la vida, al tiempo que quedaría muy empalidecido aceptando la vigencia de un determinismo finalista o fatalista.
El concepto de vidas sucesivas, con posibilidad de aprendizaje continuo, aleja al hombre de las interpretaciones dogmáticas e irracionales de la Divinidad y sus atributos,acabando con misterios, sujeción a caprichos insondables de la voluntad de aquella, necesidad de intermediación de hombres, mesías o para "salvarse". Lo acerca a una comprensión racional y acorde con la realidad del Universo y de si mismo, en consonancia con los conocimientos científicos, una de cuyas ventanas permite que nos asomemos al maravilloso e inconmensurable mundo de nuestro interior, sin temor ni vergüenza de analizar el propio pasado y ofrecerlo a la consideración de los demás, ya que en esas experiencias encontramos el material idóneo para explicar el presente y atisbar que el futuro se hace promisorio y seguro, libre de juzgamientos y condenaciones sin cielo para ejercer una contemplación inactiva y dependiente y sin infierno regenteado por demonios a quienes permancer atados por toda la eternidad.
Tanto los infortunios como los logros que acompañan a una persona en cada paso por la vida terrenal, son pasibles de ser explicados con la visión palingenésica del existir , en función del juego de las Leyes Morales, las que, así como las Leyes Físicas existen desde siempre, independientemente de que nos demos cuenta o no de su realidad, participando ambos grupos de los atributos de la Inmanencia, Inmutablidad, Intrasgresibilidad y Automaticidad de su ejercicio.
De todas ellas, la de Causas y efectos es la que está detrás de la preparación y efectivización de las circunstancias que corresponden a cada una de las sucesivas vidas que un espíritu debe desarrollar en los mundos materiales, lugares naturales para el aprendizaje de la sabiduaría que, paso a paso con el correr de los años, centurias y milenios, cada ser individual va adquiriendo.Esto nos enseña que el cúmulo de experiencias adquiridas hasta el instante en que un espíritu debe comenzar el proceso preparatorio de una encarnación, se conjugan para crear las condiciones propicias que hagan que, en la vida planetaria que va a enfrentar, tenga ese ser en forma de padres, medio social, condiciones económicas, salud, etc. lo adecuado para efectuar experiencias que lo llevan camino del progreso, sea en cuanto a facilidades para ejercer las virtudes ya ganadas, como en obstáculos que le ayuden a conseguir el apaciguamiento de procederes erróneos aún muy adentrados en su personalidad. La pobreza, la marginación, la tendencia delictiva, el desprecio por la vida propia o ajena, la debilidad física o psíquica, así como los elementos contrarios y otras muchas caracterísicas que puedan signar o hacer intercurrencia en la vida de un hombre o una mujer, pierden entonces el caracter de factores punitivos o concesiones sin sentido lógico, para pasar a interpretarse como la resultante de la sumatoria de innúmeras experiencias que el ser trae consigo almacenadas en el Formidable Sistema Informático del Inconsciente.

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