sábado, 21 de julio de 2012



La "previa", enemiga del cerebro 


adolescente

Antes de ir a bailar, los jóvenes se juntan a beber grandes cantidades de alcohol. Fallas en la memoria y dificultades en la toma de decisiones son algunos de los problemas más frecuentes.

La llamada “previa” -reunión en hogares antes de ir a un boliche o fiesta- se ha vuelto un ritual entre adolescentes. Es un fenómeno cultural durante el cual se suele beber alcohol, no por gusto sino como modificador de la conducta y el humor. Un dato desconocido por muchos jóvenes -e incluso por sus padres- es que el consumo excesivo de bebidas con alta graduación alcohólica causa daños irreversibles en su cerebro.
La ingesta ha cambiado en Argentina tanto cualitativa como cuantitativamente. En 1966 se consumía 9.5 litros de cerveza por habitante por año, y en el 2003 la cifra ascendió a 36. Otro cambio fue con respecto a la frecuencia y regularidad: en 1970 el 81% consumía en forma cotidiana, y el 19% en forma intermitente durante el fin de semana. En el 2004 esta cifra cambió drásticamente dado que el 80% bebe en forma intermitente.
Riesgo inmaduro
Aunque sea solo durante los fines de semana, se ha comprobado que la ingesta de alcohol en los jóvenes provoca daños irreversibles en el cerebro. Esto se debe a que durante la adolescencia nuestro cerebro, como las demás partes del organismo, se encuentra en una etapa de maduración. Por lo tanto, se ve mucho más afectado que en la adultez porque no cuenta con las herramientas necesarias para defenderse de las constantes agresiones que esto implica.
Los efectos en el cerebro adolescente inmaduro, tal como sucede en "la previa”, determinan un menor tamaño de los hipocampos, disminución de la corteza prefrontal y peor calidad de sustancia blanca. Las evidencias clínicas se pueden encontrar en fallas en la memoria (10% menos de capacidad para recuperar la información), en la atención y en el compromiso en la toma de decisiones. Además, dificultades en el control inhibitorio y de impulsos.
A su vez, las investigaciones científicas han demostrado que el cerebro de las adolescentes mujeres está más expuesto que el de los hombres. Ellas tienen menor tolerancia al alcohol.
El alcohol en la adolescencia, además de ser un factor de riesgo para accidentes o conductas indebidas, daña la estructura cerebral con fallas inmediatas. Así como también produce secuelas cognitivas a largo plazo. Por lo tanto, jóvenes y padres deben saber que el consumo excesivo produce daños, y que no se podrán reparar.

Por el doctor Ricardo Allegri, jefe de neurología cognitiva, neuropsicología y neuropsiquiatría de la Fundación FLENI.
publico:entremujeres.com

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