jueves, 30 de enero de 2014

El espejo de la vida



Imagínese: Usted de pie enfrente al espejo del cuarto de baño, estudiando su imagen.

De pronto, su reflejo y su imagen desaparecen, y en su lugar Ud. ve una película de toda su vida: cada memoria hasta el momento presente está ahí – incluso el pequeño drama de hoy mismo cuando un beodo pateó su vehículo. En tanto que Ud. observa, una voz le habla dentro de su cabeza. Le dice: “ahora está observando quién es Ud.”

“De modo alguno” Ud. podría objetar; “lo que la vida hace conmigo no es lo mismo que lo que yo soy.” Mas su vida, inclusive todas sus memorias, son un espejo de alta precisión. Este espejo le muestra, literal y metafóricamente, quien es Ud. Todo en su vida es un reflejo de quien Ud. es. Ese es el lenguaje secreto de las memorias, eventos y cosas percibidas. Le muestra usted a Ud. “Absurdo”, usted podría argumentar. “¿Qué decir al respecto del caradura que pateó mi coche?”
“¿Supone que eso también supone un reflejo de quién soy yo?”


Sí, incluso eso mismo. Ud. es un fragmento del gigantesco ser conocido como conciencia. A través
de Ud., la conciencia simultáneamente hace y responde a la pregunta de “lo que yo soy”. A través
de sus aventuras, la conciencia se crea a sí misma y se conoce a sí misma. Mas lo Ud. olvida y no
reconoce sus propias creaciones, aunque las mismas se exhiban frente a Ud. Hasta incluso su
cuerpo es parte del espejo de la vida generado por su yo interno.


Para los seres humanos, la pregunta “lo que yo soy” se torna en “quién soy”. Mas Ud. no encontrará la respuesta en el espejo de su vida si enfoca solamente en los objetos materiales, porque estos – incluso su cuerpo – son los ejemplos más rasos de lo que Ud. es. En vez de eso, observe sus relaciones, sus deseos, sus creencias, sus dramas y eventos recurrentes.

Si no le gusta lo que ve, aquí la buena noticia, nada de todo ello es real en sí mismo. Ningún pensamiento o evento tiene cualquier realidad fija independiente de usted – ni siquiera las montañas más altas y las más mortíferas tempestades. Su percepción es la única realidad que existe.

Todos nosotros ya oímos ese antiguo enigma: ¿Si un árbol cae en la floresta y nadie estuviera cerca para oírlo, el árbol haría ruido? La respuesta es que sin observador no hay constancia. En la Biblia, la frase “y Dios dice, Yo Soy El que Soy” es una descripción con cinco palabras del espejo que llamamos de la vida. Anais Nin dice esto de la siguiente manera: “usted no ve el mundo como el mundo es. Usted lo ve como Ud. es.”
                                                                                                    

La ciencia redefinida

La física moderna está perpleja por encontrarse dispuesta a admitir esto. Los científicos descubrieron el espejo de sus propias mentes dentro del átomo, donde la existencia y el comportamiento de las partículas dependen de la intención del científico. Einstein vio las tremendas implicaciones alrededor de los años cincuenta y no quedó satisfecho. Murmuró: “Me gustaría pensar que la Luna sigue estando ahí aunque no la esté mirando”. Esta es en verdad la única realidad que queda: ¿la realidad subatómica se aplica a la realidad macrocósmica del día a
día? Cuando la ciencia dé ese salto, se redefinirá y la humanidad contará una nueva historia de lo que significa el ser humano.
Cuando la ciencia haya dejado de lado los aceleradores de partículas, sabrá que el elemento fundamental del universo es el pensamiento. El pensamiento es una asignatura física que
normalmente no reconocemos siendo nuestra.

Imagine que usted lanza un búmeran y después olvida que lo lanzó. Cuando retorna, usted observa el retorno y se pregunta cuál fue la mano invisible responsable. Y así continúa lanzando bumeranes, algunos retornando para traerle placer, otros para traerle dolor. Históricamente la religión ha estado sumida en este surco de olvido, dándole la espalda con las palabras “Sus caminos son misteriosos”.

Hasta que reconozcamos el inmenso poder a causa de nuestros pensamientos, permaneceremos a
merced de los mismos cuando retornen al espejo de nuestra vida.


narom.org

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