lunes, 10 de noviembre de 2014

Cómo vivir en una realidad caótica.

Hay una alta probabilidad de que, al menos, la mayoría de los que lleguen a leer este texto puedan estar inmersos conscientemente en una realidad más o menos agitada por situaciones que nos hacen vivir dicha realidad con mayor o menor alteración, inquietud o trastorno, lo cual puede llegar a inducirnos a una sensación de caos en algunos momentos.

Del mismo modo, puede ser también que aunque las circunstancias sean las mismas que hace ya algún tiempo, desde el final del año 2011, se aprecie una alteración interior mucho más acentuada por eventos o sucesos de vida que se hayan podido volver más tensos en este tiempo final del ciclo en el planeta, augurado, como ya es sabido por los lectores, por la necesidad de revisión y reequilibrado de los aspectos emocionales vinculados al mental de las expectativas, ambos resistentes y no armonizados, que estén requiriendo cambio y purificación.

Lo cierto es que en estos tiempos que corren, en los que la aceleración y la intensidad de la energía han adquirido ya niveles considerables, habrá períodos en los que las emociones más distorsionadas, aún existentes en el cuerpo emocional o astral, pidan salir al estrato consciente del ser humano, en algunos casos irrumpiendo con tanta fuerza en la parte superior del estómago como si lo hicieran a presión. Esto puede llegar a causar, tal vez, un poco más de desconcierto de lo habitual, pero, para los que ya son conocedores de las pautas que siguen estos cambios y transformaciones, así como de sus respectivas expresiones, ninguna de estas eventualidades debe resultar una incógnita y tampoco deben parecer extrañas.

Con el entendimiento que ofrece la gran oportunidad que todo ser actualmente encarnado en la Tierra tiene ante sí, que, por otro lado, constituye una posibilidad sin antecedentes en la vida y en la existencia de este planeta, así como en el resto del Universo, según los Mensajes Canalizados, por la inexistencia de precedentes de este tipo de procesos de Ascensión Planetaria en la 3D, contando con la aportación de sus habitantes y con una regeneración completa del planeta sin partir de una destrucción, devastación y aniquilación total de la vida en él, y, al mismo tiempo, con la profunda compasión que esta verdad puede despertar en todo ser humano por la naturaleza divina y sagrada que reside en cada proceso que pueda desarrollarse en el seno de esta dimensión, aunque pueda ser juzgado de fatalista, cruento, horrible o atroz, está proporcionando la apertura de un portal inmenso que puede permitir permanecer abiertos a la realidad externa y, a la vez, a esta nueva energía del Amor, que en este tiempo está requiriendo ser interiorizada e irradiada por los seres humanos que en la actualidad encarnan en la Tierra, y que, todo en su conjunto, está facilitando el potencial de un salto cuántico y multidimensional del ser, inimaginable, extraordinario, inusitado, exorbitante e inabarcable para los índices actuales de compresión en la Humanidad.

Cierto es que esta puerta multidimensional conduce hacia la gloria y la gracia de Dios que se abre ante nosotros y ante nuestro entorno, y ante todos y cada uno de los arduos, complejos y embarazosos escenarios que puedan acaecer, y que, según el análisis o el juicio de la mente de 3D, pueden llegar a recrudecer la experiencia terrenal de forma muy dificultosa, pudiendo estos acarrear niveles importantes de saturación y hasta desesperación en los que no se consiga ni atinar con la cuestiones más simples y triviales, y en los que, incluso, las fuerzas físicas de la persona pueden abrazar el agotamiento y el desfallecimiento. Pues bien, el umbral de esta puerta puede llegar a ser cruzado y traspasado por la acción de una actitud nivelada y allanada desde la humildad más total, que se culmina con el despojo de toda añadidura o brote de ego que otorga la rendición más completa contraída por los reveses que los retos y desafíos devuelven en la aceleración más avanzada de esta dualidad en el tiempo presente, con el agradecimiento como moneda de cambio siempre disponible y con la firmeza interior como emblema de fondo y tarjeta de presentación.

La humildad es un estado del ser en el cual se decide voluntariamente no reaccionar a los impulsos, empujes o emociones del ego, que atrajeron, por la Ley de la Atracción Divina Universal, situaciones externas acordes con estas formas de vida y conciencia para que, así, estos impulsos y reacciones, por esta especie de método basado en el reflejo exterior de lo interno, pudieran salir a nuestro estado consciente, aunque no tuviéramos conocimiento de su existencia, pero no para que nos dejásemos arrollar por su inercia y por la fuerza con la que aparecen, sino, solamente, para que sean sentidos, percibidos y, así, con nuestro permiso y atención, puedan recibir el amor y la aceptación que necesitan para ser trascendidos, transmutados, equilibrados y sanados, que es lo que simple y sencillamente estas partes emocionales del ser están reclamando, más que nunca, en este tiempo de encarnación en la Tierra.

Este, por otra parte, es un medio fundamental para poder salir de la conocida Rueda del Karma y evitar que se puedan contraer nuevos vínculos kármicos en el futuro, ya que si no se acometen ciertas acciones no se activarán y dispondrán las reacciones relativas a estas. Es decir, en la humildad, tal cual se está definiendo, se estaría desmontando el juego de los opuestos, acción y reacción, y, por tanto, también se estaría planteando una salida fuera del plano de la dualidad.

La visión que nos proporciona la oportunidad de pasar con auténtica compasión y humildad, como principales vestiduras en nuestras vidas, ante los huracanes y los terremotos, el caos, que se están desplegando en la faz de este mundo, nos acerca, paradójicamente, a la dicha y al agradecimiento de vivir experiencias que, en un momento determinado, pueden causarnos la sensación de que nos estuvieran desnudando por completo, de que nos estuvieran despojando de todo dejándonos solos ante nosotros mismos, puesto que estas circunstancias nos estarían sobrepasando, superando nuestro alcance y nuestra acción más inmediata, pero, con el convencimiento interior de que forman parte de nuestro aprendizaje evolutivo, muy acelerado en este tiempo, y de que en nosotros ha estado y está la clave del manejo de la conformación de todo cuanto sucede en nuestra realidad física, estas olas gigantescas de vida, que tanta impresión pueden llegar a causar, acabarán llevándonos a un buen puerto.

Estas nuevas cotas de conciencia y perspectiva nos enseñan a postrarnos en este tiempo con actitud de amorosa reverencia ante lo sagrado de todo cuanto vivimos, pero como una muestra inequívoca de la divinidad que atesoramos que nos reviste como auténticos valedores para pasar como inconfundibles maestros encarnados ante las brasas de todo aquello que se está extinguiendo como obsoleto y caduco en esta dimensión que está en pleno y avanzado proceso de ascensión.

Este amor reverencial que se puede procesar por todo lo que hablamos, escuchamos, sentimos y vivimos, en la calma y en la paz que permite la verdadera rendición del Espíritu ante los trajines, trasiegos y avatares del mundo, abriendo el ángulo de percepción hacia planos de existencia más evolucionados en la luz y en la energía del Amor, nos puede llegar a brindar la ocasión de visionar una nueva forma de ser ante cualquier tipo de escenarios, una nueva forma de ser en un tiempo nuevo, una nueva forma de ser en una dimensión nueva.


Extracto de 21 PREGUNTAS
LIBRO DE LA AUTOMAESTRIA
AUTOR: RAFAEL MONTAÑO CARMONA

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